martes, 22 de septiembre de 2009

Obama admite que queda "lo más duro" en la lucha contra el calentamiento

El presidente estadounidense, Barack Obama, cuyo país es uno de los más contaminantes, está "determinado" a actuar contra el calentamiento global aunque reconoció este martes que queda por hacer "lo más duro" antes de la conferencia de Copenhague en diciembre. "La amenaza representada por el cambio climático es grave, es urgente y crece", dijo Obama ante decenas de dirigentes de todo el mundo reunidos en la ONU, para tratar de hacer avanzar las discusiones sobre el calentamiento global. Las generaciones futuras van hacia una "catástrofe irreversible" si la comunidad internacional no actúa "con audacia, rápido y en conjunto", advirtió. "Comprendemos la gravedad de la amenaza climática. Estamos determinados a actuar y honraremos nuestras responsabilidades para con las generaciones futuras", prometió el Mandatario. Pero, como estaba previsto y a pesar de la presión de los países europeos y otros países ricos, Obama no enunció un objetivo que no fuese el ya conocido, de reducir antes de 2020 las emisiones estadounidenses de gases de efecto invernadero a sus niveles de 1990. Y defendió la actuación emprendida durante los primeros ocho meses de su presidencia. Nadie esperaba una gran iniciativa por parte de Obama, maniatado por el Congreso. La resistencia de algunos países ricos como Estados Unidos a aceptar compromisos ambiciosos y la de grandes economías emergentes, como China o India, a someterse a fuertes restricciones hacen temer por el resultado de la conferencia de Copenhague (en diciembre) que busca elaborar un nuevo tratado internacional que tome el relevo del Protocolo de Kioto contra el calentamiento global. "No hay que hacerse ilusiones, lo más duro está por hacerse" antes de Copenhague, reconoció Obama. El Mandatario invocó la crisis económica mundial que complica los esfuerzos: "todos nos enfrentamos a las dudas y las dificultades en nuestras capitales", dijo. Obama reconoció asimismo la responsabilidad de los países ricos en dar ejemplo y ayudar financiera y técnicamente a los países menos desarrollados a contribuir a la lucha contra el calentamiento. También indicó que buscará suprimir las subvenciones a los combustibles fósiles en nombre de la lucha contra el calentamiento global, cuando reúna a los dirigentes del G20 el jueves y el viernes en Pittsburgh. "Pero los países emergentes con crecimiento rápido, que producirán casi todo el aumento de emisiones de gas carbónico en las próximas décadas, también deben hacer su parte del trabajo", añadió antes de reclamar que tomen "medidas vigorosas". Los aliados europeos de Estados Unidos le reprochan que no apoye suficientemente los esfuerzos de los países menos desarrollados así como que no comparta objetivos tan ambiciosos como los suyos: reducir las emisiones 20% antes de 2020, con relación a 1990 y más si se unen los demás países. De la misma forma, están preocupados por el tiempo que tarda el Congreso en legislar. La Cámara de Representantes estadounidense adoptó un texto que propone reducir las emisiones en 17% antes de 2020, con respecto a 2005. Pero el texto del Senado tarda en llegar y podría ir menos lejos que el de la Cámara. Numerosos parlamentarios siguen rechazando límites restrictivos si India o China no los aceptan. Es el mismo argumento que esgrimió el predecesor de Obama, George W. Bush, para rechazar

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