martes, 23 de febrero de 2010

Un francés sin fronteras

Los vinos de Château Mouton Rothschild están presentes en 150 países.

Hay que reconocer que la vitivinicultura del Nuevo Mundo continúa mejorando de manera lenta y firme, llegando, en muchos casos, a poder competir con algunas célebres etiquetas del mundo. Estas manifestaciones de progreso tienen que ver con un mejor conocimiento del entorno, así como del clima y de las variedades más propicias para un determinado lugar. Observe que aquí no me refiero al término “calidad”. Hoy por hoy, un productor responsable da por descontado este factor, porque sin él, simplemente, no existiría.

María Isabel Mijares, la célebre enóloga y consultora española, dice que con la tecnología disponible y con la incorporación de profesionales cada vez más calificados, es prácticamente imposible hacer vinos malos. Sin embargo, muchas personas, de manera no siempre acertada, asocian la “calidad” con un mayor precio, es decir que, a mayor precio y prestigio, mayor calidad. En mi opinión, confunden la calidad con la complejidad.

La complejidad resulta de una conjunción de elementos, tanto agrícolas como técnicos, dando como resultado vinos más expresivos. Lo que sí podría decirse es que los vinos del Viejo Mundo son vinos más complejos y estructurados que los del Nuevo Mundo, debido a un factor de suelos.

Los vinos de Burdeos y la Borgoña, por ejemplo, crecen en terrenos calcáreos, producto de sedimentos marinos milenarios. En cambio, los vinos del Nuevo Mundo surgen de suelos arenosos y pedregosos, pobres en componentes minerales. A lo anterior debe sumarse el escaso tamaño de los viñedos, el costo de la tierra y la imagen y tradición de las casas productoras, todo lo cual se traduce en un mayor precio del producto. Véase el caso del Domaine de la Romanée Conti, en la Borgoña francesa. Este pago posee solamente un área de 1,8 hectáreas y una capacidad de producción de 5.000 botellas anuales. Su precio por unidad, en bodega, es de alrededor de US$1.000, pero su escasez en el mercado lleva rápidamente a que se transe por US$3.000 o US$5.000, dependiendo de la cosecha. Hay añadas de un Domaine de la Romanée Conti que se comercializan hasta por US$15.000 cada botella.

Cloruro de magnesio

Ley de atracción


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